Dragado en el puerto de Bahía Blanca: un proyecto inconcluso

La población se impuso ante las consecuencias ambientales de un megaproyecto industrial

El estuario de Bahía Blanca es un lugar de esparcimiento y ocio para las familias bahienses y de la zona. María Santos, vecina de la ciudad comenta que "es uno de los pocos espacios naturales que hay en la ciudad, donde podemos hacer deportes, tomar aire fresco y observar las aves que migran y se vienen a alimentar a la zona".

Este espacio se destaca nacional e internacionalmente por la gran biodiversidad de especies que se hallan y fue declarada Área de Importancia para la Conservación de Aves (Aicas).

El estuario es reconocido por ser una de las únicas áreas de América del Sur fundamental para la conservación de aves migratorias que se dirigen hacia el Ártico. Dichas aves están protegidas a nivel nacional por la ley 23.918 de la Convención sobre Conservación de Especies Migratorias de Animales Silvestres. Estas especies se detienen para alimentarse de la fauna y flora propia de la región, que consiste en un frágil ecosistema de marismas, cangrejales y diversidad de aves.

En el año 2011 se dio a conocer un gran proyecto a desarrollarse en el estuario de Bahía Blanca, que consistía en la construcción de un gasoducto impulsado por la empresa YPF. Para realizar el mismo, se debía hacer un dragado de apertura y profundización del Canal Principal del estuario. La consecuencia de poner en marcha este proyecto implicaba poner en riesgo el frágil ecosistema ya mencionado y, por ende, a las colonias de aves migratorias que no encontrarían alimento para seguir su recorrido.

En la ciudad, se realizaron audiencias públicas en las que participaron profesionales de diversos rubros, brindando su punto de vista. Hubo más de cien exposiciones a favor y en contra del proyecto.

A partir de la visibilización de este proyecto, los vecinos se manifestaron fervientemente contra la realización del dragado, argumentando que esto dañaría el ecosistema, además de quitar espacios de esparcimiento y recreación, sumado al daño ambiental que generaría el gasoducto, ya que en la ciudad, son de público conocimiento los diversos accidentes que se han producido en buques regasificadores cercanos a la zona de Bahía Blanca. . Finalmente, en el mismo año la justicia prohibió la creación del gasoducto priorizando la calidad de vida de los habitantes de la zona y el ecosistema

Este proceso fue un hito importante para la ciudad, ya que fue la primera vez que visibilizó con tanta magnitud la resistencia unánime de la población hacia la contaminación en la ciudad, y donde rápidamente la justicia adoptó una posición favorable a la salud ambiental de la sociedad bahiense.

Esta investigación fue realizada por Ivana Alejandro y Nicolás Odella. Coordinación periodistica por Marcelo Botto, Todos  los derechos reservados. © 2017
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